Jordi Adell define la competencia digital como una de las 8 básicas que deben formar parte de la educación básica y secundaria. Tanto así que la pone al mismo nivel de otras competencias más “clásicas” dentro de la currícula, como las matemáticas o la literatura.
La competencia digital debe formar para aprender a lo largo de toda la vida, en este sentido debe ser uno de los recursos para que alumno alcance el tantas veces mencionado aprender a aprender
La competencia digital estaría compuesta, entonces, por:
- Competencia informacional (saber plantear un problema de información, buscar, acceder, gestionar, organizar, crear y difundir, etc.)
- Competencia informática (el manejo de las herramientas y dispositivos electrónicos, ya sea una computadora, un celular, pero también una cámara fotográfica, etc.)
- Las alfabetizaciones múltiples (es decir, ser competentes en los múltiples lenguajes, ya no sólo el tradicional lenguaje escrito, sino también en el sonoro y visual, por ejemplo)
- Una competencia cognitiva genérica (y hasta transversal al resto de las competencias), que nos permita seleccionar de toda la información de la que disponemos, aquella que sea relevante y convertirla en conocimiento.
- Ciudadanía digital, es decir, la preparación para un mundo donde está siendo superada la dicotomía entre mundo “real” y el “online”
En lo personal, me parece destacable el punto en el que el autor resalta el anacronismo de una escuela que está preparando alumnos para un mundo que ya no existe y que va camino a establecer el cambio como norma; una escuela que sigue enseñando respuestas en lugar de enseñar a pensar hipótesis dinámicas para preguntas que todavía no nos hemos hecho; que sigue mostrando absolutismos cuando éstos están en vías de extinción. Y esto no se aprende sólo de los libros, sino en la praxis. Se aprende a comportarse en las redes, dice Adell, comportándose en las redes.
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